Por. Miguel Pizarro O. / Víctima de prisión política y tortura bajo Pinochet

El 28 de Mayo del año 2016, en Santiago de Chile,  Un grupo integrado por dirigentes sociales, trabajadores del arte, la cultura y profesionales acompañados de personas jurídicas y naturales que provienen del más amplio espectro político y social dimos forma al Centro Chileno de Estudios del Magreb. Al acto concurrimos convocados por un compañero que tenía la autoridad moral para hacerlo: Juan Carlos Moraga, quien nos informa que habíamos sido convocados por la poca información existente en Chile y Latinoamérica sobre lo que ocurre en el norte de áfrica, concretamente en la zona del Magreb donde y en territorio de Argelia, existe un grupo delictual que se dice de izquierda pero que atropella los derechos humanos de hombres, mujeres niños y ancianos.

Nosotros que fuimos víctimas de la dictadura de Pinochet y herederos de una herencia democrática como fue el legado del presidente Salvador Allende, nos preocupó que en nombre de principios que nos enorgullecen, un grupo de bandidos usara el nombre de la izquierda para cometer, precisamente, los delitos que condenamos y de los que fuimos víctimas.

Ya más informados y con esa fuerza y autoridad moral, en abril de 2017 concurrimos a la constitución de alternativa democrática sindical de las américas en Bogotá donde, frente a representantes sindicales y sociales de 23 países, dimos a conocer lo que ocurría en el Sahara y los delitos del Polisario, cuyos representantes se hicieron presentes para provocarnos, pero donde la verdad y los hechos no solo se hicieron ver, sino que ayudaron a que más de 124 dirigentes de las américas firmaran una declaración de condena al polisario y apoyo a la propuesta de autonomía regional presentada por Marruecos en la ONU. La vergonzosa expulsión de los representantes del Polisario de este acto también significó el inicio de una soterrada y burda campaña en contra de quienes, desde la izquierda latinoamericana, pero con la moral y la conciencia limpia, nos atrevimos a denunciar los delitos de este grupo.

Con esa fuerza realizamos en Santiago el año 2018 la primera “Jornada latinoamericana de solidaridad con el Sahara marroquí, hasta donde llegaron representante de diversos países y pudimos escuchar en forma directa a hombres y mujeres cuyos derechos humanos habían sido violados por el Polisario.

Con esos inicios en nuestro vínculo con el Sahara y la rica experiencia de escuchar testimonios directo de los delitos que denunciamos, nos alegra saber que  e se han seguido desarrollando actividades.

Hace unos días nos hemos reunido un grupo de miembros fundadores del centro del Magreb, recordamos al Dr. Mario Concha que fue propuesto por Juan Carlos Moraga para convertirse en el primer presidente del centro del Magreb en mayo de 2016 y que, hasta ahora, se contabilizan más de 200 actividades en centros académicos, sindicales, organismos internacionales y la sociedad civil de Latinoamérica para dar a conocer la situación del Sahara y los delitos que allí se cometen.

Sin duda un balance relevante si consideramos que antes de esta fecha el Polisario entregaba su versión del Sahara en distintos escenarios de la sociedad civil de nuestro continente sin contrapeso y nadie que los contradijera o desmintiera, lo que comienza a cambiar  con el surgimiento del centro del Magreb.

Para el Polisario fue sorprendente que personas de izquierda los denunciaran y más aún, que entre ellas se encontraban quienes, bajo Pinochet, sufrieron prisión política y tortura, además de la agrupación de familiares de presos políticos que firman ante notario la fundación del centro de estudios del Magreb. Sin duda un paso importante.

Nos enteramos que hace un año, en el III foro mundial de los DDHH efectuado en Buenos Aires, no se permitió la presencia del Polisario por encontrarse sus dirigentes  denunciados en tribunales internacionales como violadores de los derechos humanos, en cambio sí lo pudieron hacer y en un espacio facilitado por derechos humanos sin fronteras, representantes de las victimas del Polisario.

La expulsión del Polisario de este importante encuentro, tal como había ocurrido 7 años antes en el encuentro sindical de las américas en Bogotá, también es consecuencia de lo que nosotros, como fundadores del centro del Magreb, empezamos a sembrar al colocar las semillas de la verdad en la sociedad civil y organizaciones sociales de américa latina.

Hoy, con el Polisario debilitado y desprestigiado, solo apoyado por otros tan desprestigiados como ellos, como es el caso de Maduro en Venezuela, y vemos como se acerca, cada vez más, el día de su liberación para las víctimas que sufren en los campos de refugiados de Tinduf en Argelia nos alegra.

Si para lograr ese noble objetivo ayudamos desde el centro del Magreb a poner un grano de arena y antes de dejar este mundo, nos sentiremos con la misión cumplida. 

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